22 may 2013

Comentario: Apoxiomenos, de Lisipo


Análisis

La que tenemos en pantalla se trata de una escultura de bulto redondo, un hombre desnudo y de pie con los brazos extendidos hacia delante. Observamos como realiza algún tipo de acción con el brazo derecho sobre el izquierdo, mientras descansa sobre su pierna derecha en posición de contrapposto. Tras él hay una piedra que equilibra la figura. Bajo el brazo izquierdo, se observa el resto que queda de un apoyo que tuvo en su día para contrarrestar el peso del brazo. 
La figura presenta una superficie ondulante, hecha en mármol, y que contrasta con la serenidad del personaje representado, que mira al vacío. Posiblemente se hizo a partir de un bloque de mármol. La escultura transmite la sensación de estática, a pesar de los múltiples puntos de vista que permite la figura.
La obra ofrece varios puntos de vista

La obra da claras muestras de naturalismo realista, en la cuál vemos un hombre con un equilibrio perfecto entre músculo y definición muscular, siendo por tanto una escultura naturalista y figurativa. Alberga buenos detalles, como el ombligo, las costillas o la arruga de la frente. Los músculos crean relieves, provocando de esta manera una sensación de claroscuro.

La escultura carece de policromía, presentando únicamente el color blanco característico del mármol. También destaca la proporcionalidad, siendo esta de 8/1 (8 cabezas equivalen a 1 cuerpo), haciendo la figura más esbelta.


Comentario


Basándonos en que es una escultura griega del periodo postclásico (IV .a C.), hecha por Lisipo, podemos decir con certeza que se trata del Apoxiomenos.

Esta obra representa a un atleta que se está limpiando el aceite de su cuerpo con un estrígilo, mientras nos observa con la mirada. Lisipo emplea el un nuevo canon diferente al de Policleto (7/1), empleando 8 cabezas como un cuerpo, haciendo así una figura más esbelta.

Esta obra no es original, ya que se trata de una copia romana, ya que la mayoría de originales griegas se perdieron, y fueron los artistas griegos llevados a Roma los que realizaron las copias, como esta que tenemos.

Las innovaciones de Lisipo adelantaron durante el periodo postclásico el helenismo, creando figuras con posturas que dotaban de cierto movimiento y fragilidad a sus obras.

La obra de Lisipo se caracterizará por el realismo y las grandiosas escalas de sus proporciones, teniendo como referencias a los grandes escultores Fidias, adoptando de éste la idealización de la naturaleza, Praxíteles, sus superficies ondulantes tan atractivas al tacto, y de Scopas, de quién absorbe la perfección en los detalles, definiendo así a Lisipo como un artista muy bueno técnicamente.

Además, Lisipo también fue el retratista de Alejandro Magno, el Grande, realizando varios retratos suyos. Desarrollará la capacidad de sobreponer la fuerza interior al exterior, individualizando de sobremanera cada una de sus obras.

Entre las obras de Lisipo destacan el Hércules Farnesio, Ares Ludovisi, o el Hércules Epitrapecio.

F. Lirola.

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