Nuestra historia comienza con Zeus como protagonista, nada nuevo, y su hija predilecta Atenea, Palas Atenea, o Atenea Parthenos, pero nosotros lo dejaremos en Atenea.
Todo comienza con otro de los episodios del animado dios griego, en el cuál, yace junto a su primera esposa, Metis, la oceánide. Pero Zeus, al recordar que profetizaron que Metis engendraría un ser de mayor poder incluso que el del propio Zeus, en un momento de desesperación y miedo, Zeus engulle a Metis (en algunas leyendas, se dice que la transforma en mosca y así la engulle).
Al ver que ya era demasiado tarde, Zeus se traga a su esposa embarazada y durante los próximos 9 meses, los dolores de cabeza serán continuos. Hasta el punto en que Zeus pide a Hefesto, el dios de la forja, el herrero de los dioses, le abra la cabeza. éste, con un hacha minoica de doble hoja, el labrys. De la cabeza de Zeus brota una mujer ya adulta, completamente armada. Es Atenea, la diosa de la sabiduría, civilización, guerra y estrategia.
De esta manera, Atenea pasa a ser la hija predilecta de Zeus, según varios autores. Siendo una gran conocedora del arte de la guerra y estratega, ayudará a los suyos en la Gigantomaquia, a Hércules y Perseo en sus respectivas misiones, y al intrépido Odiseo (Ulises) en su viaje a Ítaca.
Se dice que el nacimiento de la diosa trajo consigo una nevada dorada, lo que dio origen a la ciencia, el arte que busca la verdad.
Atenea, la diosa protectora de Atenas
Como es de esperar, Atenea tendría algo que ver con Atenas y su nombre, así como el culto que se rendía fervorosamente a esta diosa. Por eso, para saber el porqué de su adoración, hay que conocer la historia que dio origen a su leyenda.
Atenea y Poseidón, el dios de los mares y hermano de Zeus, se fijaron en la ciudad de Atenas y decidieron hacerse responsables de su protección, aunque claro, no podía haber dos protectores en una misma ciudad, por lo que ambos acordaron hacer un regalo a los atenienses y que éstos eligieran el que más las conviniera.
Así pues, Poseidón, con su majestuosos tridente, dio un fuerte golpe en el suelo, y de pronto, un caño de agua brotó del suelo, dando lugar a una hermosa fuente. Los griegos, sorprendidos, esperaron a ver el presente de la diosa guerrera. Atenea, ofreció a los atenienses el primer Olivo. El concurso estaba muy reñido y los griegos estudiaban los regalos. Una fuente les daría agua, y la posibilidad de poder comerciar, pero ésta es salada y por tanto, no puede ser bebida. Mientras que un olivo les proporcionaría madera, aceite y alimento. Finalmente, y como era de esperar, los atenienses eligen a Atenea como su protectora en detrimento del dios del mar. Y así es como Atenas forjó su leyenda, la cuál perduraría durante siglos.
Algunos autores señalan que los atenienses eligieron de entre los dios dioses cuál le daría nombre a su ciudad, por lo que las mujeres votaron a Atenea y los hombres a Poseidón, ganando la diosa por un voto. Ante la derrota, Poseidón inundó la región, y para poder calmar la cólera de Poseidón, quitaron el derecho a voto de las mujeres y prohibieron que los hijos heredaran el nombre de la madre, algo bastante curioso, y a la vez que pobre para poder explicar el por qué del no voto de la mujer durante tantos años.
Bueno chicos/as, esto ha sido todo, espero que os haya gustado, un saludo a todos, y nos vemos pronto.
Atentamente, F. Lirola.
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