7 mar 2013

Allá en Japón, dónde el sol naciente.

Hoy en "Arte Mundial", viajamos al país dónde sale el Sol, al menos para los que vivimos en Occidente. Y es que Japón es otro lugar, como un universo diferente, no me refiero a que sean diferentes, sino más bien, ese ambiente, que se ha cultivado durante miles de años, sin alteraciones, no como en España, por ejemplo, la cual fue invadida por visigodos, musulmanes, fenicios, etc. Su ubicación, su gentilicio, los alrededores, todo hace de Japón un país encantador y que enamora a todo el que va a visitarlo, es más, yo ya lo estoy y sin poder ir. Como Japón tiene bastante historia artística, más que Brasil, o la India, por ejemplo, refiriéndome a cantidad y duración, voy a dividir la entrada en pintura, escultura y arquitectura. Así que, vamos con ello, nos vamos, a Japón.

Pintura


  • Minamoto Yoritmo, Fujiwara Takanobu (1142 - 1205).

  • Manual de los espíritus hambrientos, (siglo XII).


  • Manual de las enfermedades, Yamai no Soshi.

  • Paisaje, Sesshu Toyo.

  • Dios del viento, Dios del trueno, Ogata Korin

  • Al lado del lago, Kuroda Seiki (1897).

  • Preludio de danza Noh, Uemura Shoen (1936).


Escultura

  • Buda del Asukadera, Anónimo (606).

  • Sahasrabhuja-arya-avalokiteśvara, Tankei.

  • La torre del Sol, Taro Okamoto (70s).

  • Myth of tomorrow, Taro Okamoto. (Esta es pintura, no escultura, pero a esta obra, que la comparan con el Guernica de Picasso, es la representación, según Okamoto, de los desastres de Hiroshima.

  • Eight Attendants, Unkei.

  • Seitaka Doji Kongobuji, Unkei.

  • Guardian Nio, Unkei.

  • Habitación de Yoshitomo Nara.


Arquitectura

  • Daisenryo Kofun, tumba antigua, Osaka.

  • To-ji, cerca de Kioto, (1644).

  • Hoodo de Byodo-in, cerca de Kioto (1053).

  • Templo de Itsukushima, (1168).

  • Castillo de Himeji (1609).



  • Palacio Katsura y su jardin.

  • Estación de Tokio, principios de 1900.

  • Kyoto concert hall, Kioto, Arata Isozaki.

Y aquí termino, porque la verdad, Japón tiene mucho que enseñar, y no dudo en recomendar como un lugar a visitar de forma obligatoria. Por cierto, tal vez no se haya podido percibir, pero el Castillo de Himeji me ha encantado, de verdad, precioso. Tan sólo deseo que os guste tanto cómo a mi, porque me lo he pasado genial haciendo esta entrada para vosotros.

Un fuerte abrazo, nos vemos en la próxima.

Atentamente, F. Lirola.

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