25 nov 2014

El renacimiento Carolingio

La renovación cultural del siglo IX

La voluntad de los soberanos carolingios por recuperar el esplendor de la civilización antigua puede considerarse un intento de renacimiento anterior a las letras.

Detalle de las puertas de bronce de la Capilla Palatina

Paralelamente a las tentativas de unificación política de Pipino y Carlomagno en aras de la restauración del Imperio cristiano de Occidente, pareció necesaria una restauración religioso-cultural (unificación litúrgica, reforma de la escritura y multiplicación de manuscritos, en ocasiones iluminados). Convenía también recuperar las sofisticadas técnicas arquitectónicas que habían instaurado antiguos y que se conocieron y apreciado a partir de los saqueos de sitios en ruinas.

Una referencia deliberada a la estética antigua
Algunas técnicas, principalmente arquitectónicas, se habían perdido o habían sido abandonadas debido a la ausencia de un poder central sólido y a la falta de encargos importantes. La causa se debió indudablemente a la tradición franca, que estaba centrada principalmente en la orfebrería y el mobiliario. Sin embargo, el gusto por los materiales hermosos no se perdió gracias a la técnica de reempleo: columnas de mármol, capiteles corintios y hasta relieves esculpidos. Con las conquistas italianas del reinado de Carlomagno fue posible traer de lugares tan prestigiosos como Ravena columnas de pórfido, capiteles de mármol, teselas de mosaico y bronces.
No obstante, el arte carolingio no se limitó solo a saqueos. Se aprendieron técnicas que permitieron fundir puertas de bronce y las balaustradas de las tribunas de Aquisgrán, además de realizar los mosaicos de Germigny-des-Prés. Asimismo, las arquitectura intentó imitar los modelos clásicos, sus formas y apariencia (principalmente los aparejos decorativos). En escultura, se produjo una multiplicación de realizaciones originales durante el siglo IX: capiteles cuya fórmula se acercaba cada vez más a los modelos clásicos, corintios, jónicos o compuestos (especialmente Alemania: Lorsch, Fulda, Corvey) y, con menos frecuencia, estucos de tradición paleocristiana.


Imágenes: ¿Copias o creaciones?

La variedad de las numerosas obras manuscritas y, antes que ellas, la presencia comprobada de diversas fuentes obligan a preguntarse en qué consistió exactamente el aporte de los pintores carolingios. La influencia anglosajona se limitó esencialmente a las letras ornamentadas y algunas decoraciones de los bordes, mientras que las raíces paleocristianas son indiscutibles en todas las demás imágenes. Sin embargo, el análisis de estas representaciones muestra que, aunque los elementos parezcan antiguos y suponiendo que se recurrió a los artistas provenientes del mundo mediterráneos, el número reducido de manuscritos modelo obligó a los artistas a limitar su creatividad a variaciones sobre los mismos temas. Así, algunos manuscritos importantes de la escuela palatina de Carlomagno reproducen cuatro veces un mismo esquema de evangelista con trajes distintos en ambientes diferentes.

Un saludo a todos, ¡tengan una buena semana!
Atte.

22 nov 2014

La arquitectura carolingia

Símbolo de la hegemonía franca

Capilla Palatina, 805 (Renania del norte, Westfalia)
La unificación política de Occidente durante el reina de Carlomagno llevó a concebir un marco palatino monumental basado en el modelo de Bizancio que recuerda por su magnificencia al de los primeros emperadores romanos cristianos.

Desde que Pipino el Breve tomó el poder en el año 751 y el papa Esteban II lo consagró en el 754, su objetivo fue reorganizar el reino heredado de los merovingios y consolidar las fronteras. Sin embargo, la práctica franca de una corte itinerante perduró hasta el reinado de Carlomagno, en que se hizo sentir la necesidad de fundar un centro administrativo fijo que fuera también la residencia principal del soberano.
Carlomagno y el palacio de Aquigrán
Carlomagno, coronado rey de los lombardos en 772, intentó con dificultad establecer una frontera en España para detener el avance árabe y conquistó Sajonia. La idea de restaurar el imperio surgió en este contexto de unificación y culminó con su coronación, en el año 800, en la basílica de San Pedro, en Roma. El nuevo imperio, que fue reconocido algunos años después por Bizancio, desarrolló una producción de alto nivel en artes decorativas y arquitectura.

Hacia fines del siglo VII, Carlomagno sintió la necesidad de fundar una capital. Se construyó entonces un primer palacio en Ingelheim (774 - 787), cerca de Maguncia, con una disposición similar a la que tuvieron con posterioridad los palacios de los soberanos germánicos, principalmente sajones (Goslar): un aula (basílica destinada a la sala del trono), una capilla palatina (en este caso de plano basilical) y una zona residencial mal definida. El palacio parece representar principalmente la función real o imperial.

No obstante, fue Aquisgrán la obra que caracterizó mejor la nueva imagen de la realeza carolingia. En los extremos de una larga fachada atravesada por una puerta monumental, se unían aula de tres ábsides (oeste, norte y sur) a imitación de las basílicas imperiales antiguas y una capilla de plano centrado precedida por un atrio como referencia explícita de Bizancio. El espacio interior estaba ocupado por edificaciones de madera y tierra para usos residenciales y, sin duda, administrativos. unas termas con una gran piscina cuadrada completaban el conjunto. Se conserva de esta construcción el ábside oeste del aula y la capilla, que está prácticamente intacta.

El reina de Asturias y la arquitectura palatina
Este pequeño reino se desarrolló en el siglo VIII cerca de Oviedo, en las montañas de Asturias (norte de España). Nacido de la destrucción del reino visigodo, desarrolló una civilización de alto nivel que presentó, desde fines del siglo VIII, el mismo fenómeno de renacimiento del mundo carolingio: ejemplos de ello son el palacio de Alfonso II el Casto, en Oviedo, y especialmente el de Santa María de Naranco, construido en tiempos de Ramiro I (842 - 850), del que se conserva el aula.

Santa María de Naranco, 842 - 850 (Oviedo, Asturias)
Un arte muy interesante y profundo el Carolingio, sin duda dio mucho de si, siendo una precuela del Románico.

Atte.


21 nov 2014

La cuna irlandesa y anglosajona: Un mundo no romanizado

El hecho de que la cristiandad irlandesa, la última llegada al mundo occidental, marcara con su sello original las islas Británicas, y luego Europa continental, resulta una paradoja histórica.

Irlanda, cristianizada tardíamente a partir de fines del siglo V, conservó sus tradiciones, especialmente en el campo artístico, y emprendió con los monjes anglosajones una evangelización militante en el norte de Gran Bretaña y luego en el continente. El arte insular fue, en parte, un catalizador de la renovación del arte occidental del siglo VIII.

Un monacato militante
Monasterio de Skellig Michael, Irlanda.
A diferencia del sur de Inglaterra, al haber escapado de la conquista romana, Irlanda no fue cristianizada tempranamente. La religión celta, cercana al animismo, integró con bastante facilidad la predicación de San Patricio y de sus sucesores del siglo VI, como San Colombano. La adopción de la nueva religión se realizó a través de los jefes de Estado. Los evangelizadores se impusieron ante numerosos soberanos organizando sus administraciones y cancillerías. Se fundaron monasterios en los que, en un principio, los monjes vivían como ermitaños en celdas individuales y luego en verdaderas comunidades bajo estrictas reglas. Los misioneros anglosajones Bonifacio en Fulda (Alemania) y Willibrord en Echternach (Luxemburgo) fundaron paralelamente, sobre las mismas bases, los futuros grandes monasterios. La difusión del arte en el continente comenzó especialmente a través de los manuscritos.

Los caracteres de la estética celta
El aislamiento de la isla y el proceso de cristianización pacífico explican las particularidades estilísticas del arte irlandés y la conservación de ciertos principios estéticos. En efecto, se utilizaron elementos geométricos abstractos en el ámbito de las representaciones cristianas.

Cruz de Muiredach, principios siglo X.
El repertorio, aparentemente limitado a espirales, entrelazados y dameros, ofrecía sin embargo un número de variaciones infinitas. Se usaba tanto en la orfebrería como en la escultura y la iluminación. Después de que se produjeran las invasiones anglosajonas, se aprecia un nuevo tipo de origen germánico: el entrelazado zoomorfo. 

En Northumbria, romanizada desde la antigüedad, el denso follaje clásico aparece junto a los entrelazados en algunas cruces esculpidas, así como algunas representaciones humanas de estilo casi antiguo (cruz de Ruthwell, Inglaterra, a finales del siglo VII). La representación humana, requerida para la ilustración de los textos sagrados, se incorporó más tarde y permaneció deliberadamente esquemática tanto en la escultura como en la iluminación.

El auge del libro ilustrado
El libro apareció como una novedad en el ámbito celta. La actividad del manuscrito se limitó esencialmente a la copia de textos bíblicos, especialmente los Evangelios. La aplicación de los copistas y su voluntad de perfección llevó a la invención de una escritura de calidad, de la cual surgió la carolingia minúscula a finales del siglo VIII.


Algunos manuscritos copiados incluían ilustraciones, entre las que se contaban las representaciones de figuras (principalmente los evangelistas o sus símbolos) que los miniaturistas transformaban según los cánones estéticos insulares. 
Símbolo de San Mateo, Libro de Durrow



Hacia fines del siglo VII, cada Evangelio estaba precedido de una página ornamental totalmente ilustrada en la que se desplegaba la fantasía decorativa celta, con un retrato esquemático del evangelista o su símbolo.

El texto comenzaba además con una gran letra capitular, que tendió a ocupar un espacio cada vez mayor en la página.















Un saludo a todos, espero que os haya parecido interesante.

Atte.

20 nov 2014

Los reinas bárbaros cristianos: la transformación del arte occidental

Bajo la tradición paleocristiana se desarrollaron distintas estéticas asociadas a los diversos aportes bárbaros.

Iglesia de San Juan Bautista, siglo VII (Palencia)
Los visigodos y los ostrogodos se convirtieron al cristianismo a finales del siglo IV, pero aún seguían la doctrina arriana, declarada herética en el año 325 por el primer concilio de Nicea. A finales del siglo V, con el bautismo de Clodoveo, comienza cristianización de los francos y, tras las conquistas territoriales, del occidente pagano.

La lenta cristianización de la Galia
A partir del siglo III, la cristianización se ralentizó, principalmente en los núcleos urbanos. En estos se erigían conjuntos eclesiásticos, a veces monumentales, como en Tréveris, durante el reinado de Constantino (primer cuarto del siglo IV). Las catedrales se construían dentro de los muros de las ciudades, que eran a su vez centros administrativos, y los límites de las diócesis correspondían a las antiguas circunscripciones territoriales.  Mientras que en el campo la cristianización fue menos notoria, ya que apenas se encontraban representaciones o símbolos de la fe en los restos de las sepulturas. El jarro de Lavoye es un ejemplo aislado y las estelas franco-cristianizadas parecen ser tardías. La mayoría de los santuarios rurales descubiertos son posteriores al siglo VII. A mediados del siglo VIII parece ser cuando ser cuando la evangelización llegó a su fin.

San Pedro de la nave, segunda mitad del siglo VII (Zamora)
La tradición paleocristiana en la Galia
El arte cristiano se arraigo íntegramente en la tradición, además de con algunas contribuciones orientales, palpables en objetos de culto como cálices y patenas, y ciertos objetos de ornato cristianizados que se han conservado en los tesoros de las iglesias. Las escasas esculturas funerarias y los monumentos muestran ya sea un empobrecimiento estilístico (Hipogeo de Dunas, Poitiers) o bine una calidad excepcional atribuida a talleres extranjeros (sarcófago de Agilberto, Jouarre). El plano basilical se mantuvo, salvo en los santuarios rurales más sencillos de nave única y coro cuadrado.

Los reinos visigodos en España y lombardo en Italia
Los reinos visigodo y lombardo parecían tan poderosos como el reino franco, pero estaban más avanzados artísticamente debido a la superioridad de la cultura mediterránea. Los visigodos, motivados por Isidoro de Sevilla, abandonaron el arrianismo tras ser expulsados del sur de Francia por Clodoveo en el año 507. Se han conservado varias iglesias (siglo VII y comienzos del VIII), a pesar de las destrucciones causadas por la conquista árabe después del año 711.

Santa María in Valle, medidos siglo VIII (Cividale)
Conforme a la tradición antigua, se erigieron pequeños santuarios de construcción sólida y generalmente abovedados, con un notable decorado escultórico de escaso relieve. 

Los lombardos, llegados tardíamente de Panonia en el año 568, encontraron en Italia un marco monumental preexistente en el que se inspiraron. El conjunto de Cividale (en el norte de Italia), especialmente la iglesia de Santa maría del Valle (mediados del siglo VIII), corroboraba el intento por continuar la tradición, así como la participación de artistas bizantinos.



Altar del duque de Ratchis, 744 - 749 (Lombardía)
Un saludo a todos, ¡espero que os resulte interesante!

Atte.

6 nov 2014

Retratos surrealistas de un niño de 14 años

Zev, un chico de 14 años que vive en Natick, Massachusetts, ha tomado fotos del mundo y lo ha transformado en un mundo surrealista manipulándolo. 

Más conocido como 'fiddle oak', Zev nos presenta imaginativos autorretratos surrealistas, sumergidos en un mundo que nos recuerda al famoso Gulliver, los cuáles ha creado junto a su hermana, de 17 años de edad. Su trabajo parece una ventana a ese mundo de cuanto de hadas de la niñez, que nos envuelve para alejarnos del mundo complicado y desconocido que nos rodea a día de hoy.



















Increíble, ¿no creen? Imaginen que hará con 20 años, ¡un auténtico prodigio!

Atte.