La renovación cultural del siglo IX
La voluntad de los soberanos carolingios por recuperar el esplendor de la civilización antigua puede considerarse un intento de renacimiento anterior a las letras.
Detalle de las puertas de bronce de la Capilla Palatina |
Paralelamente a las tentativas de unificación política de Pipino y Carlomagno en aras de la restauración del Imperio cristiano de Occidente, pareció necesaria una restauración religioso-cultural (unificación litúrgica, reforma de la escritura y multiplicación de manuscritos, en ocasiones iluminados). Convenía también recuperar las sofisticadas técnicas arquitectónicas que habían instaurado antiguos y que se conocieron y apreciado a partir de los saqueos de sitios en ruinas.
Una referencia deliberada a la estética antigua
Algunas técnicas, principalmente arquitectónicas, se habían perdido o habían sido abandonadas debido a la ausencia de un poder central sólido y a la falta de encargos importantes. La causa se debió indudablemente a la tradición franca, que estaba centrada principalmente en la orfebrería y el mobiliario. Sin embargo, el gusto por los materiales hermosos no se perdió gracias a la técnica de reempleo: columnas de mármol, capiteles corintios y hasta relieves esculpidos. Con las conquistas italianas del reinado de Carlomagno fue posible traer de lugares tan prestigiosos como Ravena columnas de pórfido, capiteles de mármol, teselas de mosaico y bronces.
No obstante, el arte carolingio no se limitó solo a saqueos. Se aprendieron técnicas que permitieron fundir puertas de bronce y las balaustradas de las tribunas de Aquisgrán, además de realizar los mosaicos de Germigny-des-Prés. Asimismo, las arquitectura intentó imitar los modelos clásicos, sus formas y apariencia (principalmente los aparejos decorativos). En escultura, se produjo una multiplicación de realizaciones originales durante el siglo IX: capiteles cuya fórmula se acercaba cada vez más a los modelos clásicos, corintios, jónicos o compuestos (especialmente Alemania: Lorsch, Fulda, Corvey) y, con menos frecuencia, estucos de tradición paleocristiana.
Imágenes: ¿Copias o creaciones?
La variedad de las numerosas obras manuscritas y, antes que ellas, la presencia comprobada de diversas fuentes obligan a preguntarse en qué consistió exactamente el aporte de los pintores carolingios. La influencia anglosajona se limitó esencialmente a las letras ornamentadas y algunas decoraciones de los bordes, mientras que las raíces paleocristianas son indiscutibles en todas las demás imágenes. Sin embargo, el análisis de estas representaciones muestra que, aunque los elementos parezcan antiguos y suponiendo que se recurrió a los artistas provenientes del mundo mediterráneos, el número reducido de manuscritos modelo obligó a los artistas a limitar su creatividad a variaciones sobre los mismos temas. Así, algunos manuscritos importantes de la escuela palatina de Carlomagno reproducen cuatro veces un mismo esquema de evangelista con trajes distintos en ambientes diferentes.
Un saludo a todos, ¡tengan una buena semana!
Atte.
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